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CRÍTICA DE TV | Sergi Pàmies: ‘Coincido con casi todo lo que ayer escribió Víctor-M. Amela’

18/02/12 por Victor Amela

CRÍTICA DE TV | Sergi Pàmies: Tierra nueva, tierra vieja

Estreno decepcionante de Terra nova en Cuatro. La etiqueta de “producida por Steven Spielberg” se ha diversificado tanto que ha perdido credibilidad. La serie es un refrito de otras producciones y no logra ahorrarnos el discurso de la selección natural y carca de las especies, el paraíso familiar de supervivencia en un ambiente de ecología apocalíptica y hostil y unas tramas de acción y épica previsibles y de espectacularidad flácida. En cuanto a los efectos especiales, parece que hayan sufrido los recortes: los reptiles ciberprehistóricos asustan menos que las madres racistas y almodovarianas de ¿Quién quiere casarse con mi hijo? (Cuatro). Ah, y al igual que en todas las series retrofuturistas que incluyen una isla selvática como decorado, aquí también salen cataratas con el audio hipertrofiado. Recuerdan las de aquel anuncio mítico del posfranquismo: “Fa, el frescor salvaje de los limones del Caribe”, con aquel contubernio judeo-naturista de sílfides en pelotas.
Otra forma de selección natural de las especies posfranquistas: Monarquía o república en TV3.

Coincido con casi todo lo que ayer escribió Víctor-M. Amela. A la hora de presentarlo, sus responsables han subrayado el rigor y la pluralidad del documental. Son dos virtudes importantes pero que no excluyen la intención del programa de responder abiertamente a la pregunta como parte de la narración: puestos a elegir, república. Partiendo de esta evidencia, que quizá tenga la voluntad de compensar décadas de cortesanismo audiovisual, prevalecen la calidad de algunos documentos, la trenza de opiniones complementarias y el avance que supone desenterrar tabúes (¡ojalá esta metodología se aplicara a todas las corrientes ideológicas del país!).

Aunque el espacio se llame Sense ficció, para contar la transición española conviene tener más en cuenta lo inverosímil y lo irreal que lo real y lo verosimilitud. ¿Es un documental neutral? No: si fuera el equivalente político del Hat trick (Barça, Espanyol o Total), podría haberse titulado Hat trick república. Para quitarle unos gramos de solemnidad, se han incluido ilustraciones animadas que desacralizan un trabajo criminalizado preventivamente por los diferentes comisariados polí-
ticos que castigan nuestra biosfera mediática. Más allá de los follones endogámicos entre política y medios de comunicación, queda la voluntad de afeitarnos algunos pelos de la lengua y los testimonios variados del conde de Sert, Iñaki Anasagasti, Paul Preston (con una interpretación que salta los muros del fratricidio maniqueo y que rompe los pensamientos únicos) y las valiosas palabras de Sabino Fernández Campos, poco estridente pero muy explícito respecto a ciertas amistades del Rey.

Sabino Fernández Campo también nos dejó una verdad que deberíamos tener en cuenta cuando, con más o menos moralina y solemnidad, pretendemos revisar la historia: “Las cosas importantes no se pueden contar y las que no son importantes no merece la pena contarlas”. Mientras tanto, y en la misma dirección aunque sin rigor alguno, el sensacionalismo persigue a Iñaki Urdangarin y a la infanta Cristina por las calles de Washington. Aquí todo vale para cebar programas que, durante horas, exprimen la capacidad de fabulación y de acoso (la persecución de lady Di por los túneles de París inauguró un género: el bullying aristocrático). Me queda una duda: esta manera de contar las cosas, ¿favorece más a la causa republicana o a la monárquica?

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