CONECTADO
¿Qué fue de aquella niña?
Víctor-M. Amela
Despilfarro.
¿Merecen la pena las campañas electorales, o son un despilfarro? Coste: 67 millones de euros en el 2008, quizá unos 50 millones de euros en esta campaña. «¡Habría que ser más austeros!», demanda José Antonio Segurado en No es un día cualquiera (RNE). «Las campañas no cambian el voto, pero sí pueden movilizar a desmotivados e indecisos», apunta Fernando Vallespín. Aunque sucede que una campaña puede despertar impactos imprevistos: en el televisado debate Solbes-Pizarro todos los analistas coincidieron en que ganó Solbes… «que no tenía razón en nada de lo que dijo», apunta Segurado (por entonces asesor de Rajoy). «¿Qué influjo sobre el voto puede tener el debate Rajoy-Rubalcaba?», pregunta Pepa Fernández. «Importa el relato que posteriormente se hace del debate, el juicio a los contendientes», establece Vallespín. Total: mucha energía y dinero abocados a una actividad de pobres resultados. Así lo piensan los oyentes que llaman a la emisora: «Utilidad nula». «No me crea expectación un debate electoral pactado». «Tengo mi voto claro desde hace años». «Podríamos invertir tanto dinero en residencias de ancianos». «Los debates son un mero espectáculo televisivo, y de mala calidad». «Sólo veré este debate si me aseguran que Rajoy explicará qué pasó con su niña del debate anterior, ¡que desde entonces no vivo!»
ETA.
«La primera víctima de las campañas es la objetividad», comenta Joan Romero en A vivir que son dos días que ha estado a la altura de las circunstancias-ni los españoles merecen esto».