Tengo 58 años, y nací y vivo en Los Ángeles. Soy doctor en bioquímica, profesor del MIT y de la facultad de Medicina de la Universidad de Boston. Presido los laboratorios EnerZone. Estoy casado y tengo dos hijos veinteañeros. Soy conservador y republicano, pero ¡ojalá Bush pierda las elecciones! He diseñado una dieta que conserva la salud
– ¿Cómo se come en Estados Unidos?
– Pocas frutas y verduras, que además son caras. Cada día comen de modo menos saludable.
– ¿Y en España?
– Mejor. Pero tienden a empeorar, a acercarse al modelo de mi país.
– ¿Qué deberíamos hacer aquí?
– Reducir algo la ingesta de arroz, pasta y pan, y aumentar el resto que ya comen: legumbres, hortalizas, verduras, frutas, pescados.
– No es fácil.
– Use congelados (pescados, verduras…): son más cómodos, y conservan mejor los nutrientes.
– ¿Qué ha desayunado usted hoy?
– Salmón fresco, cuatro huevos duros (sin sus yemas) con algo de aceite de oliva, y fruta.
– ¿Por qué sin yemas?
– Porque son demasiado ricas en ácido araquidónico: si se desmanda su proporción en nuestro organismo, genera inflamaciones.
– ¿Qué tipo de inflamaciones?
– Al principio sutiles, inapreciables, silentes. Pero luego, ¡ay!
– ¿Qué entiende por inflamación?
– Verá, la inflamación es el modo en que nuestro organismo se defiende de intrusos (bacterias, virus, hongos y parásitos). Así actúa nuestra barrera inmunológica: ¡la inflamación es nuestro perro guardián!
– Entiendo el símil.
– Pero, claro, al perro guardián hay que tenerlo con correa, porque si se desmanda… ¡puede devorarte a ti!
– ¿Y qué pasa si esa inflamación se desmanda?
– Obesidad, cardiopatía, hipertensión, arteriosclesoris, diabetes, colitis, artritis…, todas las dolencias terminadas en itis, además de alzheimer, parkinson, cáncer…
– ¡Casi todas las enfermedades!
– También hay un mayor envejecimiento. Envejecer es un proceso sumatorio de inflamaciones. E incluso la depresión.
– ¿La depresión, enfermedad inflamatoria? ¡Me sorprende!
– Hay patologías anímicas expresando desarreglos bioquímicos. Hemos hecho un experimento con personas con depresión: les hemos dado aceite de pescado ¡y han mejorado!
– ¿Por qué aceite de pescado?
– Porque contiene ácidos Omega 3, unos ácidos grasos que contrarrestan el ácido araquidónico. Lleva ácido eicosapentanoico, que disminuye el araquidónico: ¡a más eicosapentanoico, menos araquidónico! ¡Menos inflamación!
– ¿En qué alimento está la panacea?
– En pescados y mariscos. Japoneses, esquimales y lapones son los que ingieren más pescado y algas y vegetales marinos, ¡y son los que menos cardiopatías y cánceres del mundo padecen! Y los más longevos.
– ¡Pues a comer pescado!
– Sí. Pero también puede tomar una cucharadita diaria de aceite de pescado Omega 3, purificado (para eliminar los metales pesados que hay hoy en los mares) y concentrado. Lo elaboro así en mis laboratorios.
– Pero usted es famoso por su dieta.
– Sí, la Dieta de la Zona: consiste en regular dos sistemas hormonales y mantenerlos en su tasa correcta, es decir, en su “zona” saludable.
– ¿Qué sistemas hormonales son?
– El de insulina y el de eicosanoides. Los eicosanoides regulan la correa del perro guardián. ¿recuerda?
– Sí.
– Ah, y el cociente saludable entre ácido araquidónico y eicosapentanoico oscila entre 1,5 y 3. Pero hoy, en los estadounidenses, ese cociente ¡es ya de 15! De ahí tantas obesidades, cardiopatías, depresiones.
– ¿Y en España?
– Hace 20 años el cociente era de 9, y ahora se acerca ya al 12. ¡Cuidado!
– ¿Y en qué tasas debo mantener mi insulina?
– De 5 a 10 microunidades por mililitro es lo sano: ¡esa es la zona saludable!
– Y si tengo menos, ¿qué pasa?
– Sería insuficiente para conducir los nutrientes al interior de sus células.
– ¿Y si tengo más?
– A más insulina, generará más ácido araquidónico: ¡más inflamación! Y eso supone menos salud y, claro, menos longevidad.
– ¿Cómo puedo evitarlo?
– Evite hidratos de carbono refinados: pan blanco, pasta, bollería y pastas. ¡Es lo que más dispara la insulina! Y tome aceite de pescado Omega 3. Y siga la Dieta de la Zona.
– Ilústreme con lo que ha comida usted este mediodía.
– Una ensalada de tomate y queso. Un pescado blanco. Fruta fresca. Una copa de vino. Y cenaré salmón con verduras. Y fruta.
– ¿Cuánta fruta al día recomienda?
– Tres o cuatro piezas.
– ¿Y cuánta verdura y hortaliza?
– La equivalente a unas ocho o diez tazas. ¡En España tiene dónde elegir!: coliflor, brócoli, espárragos, judía verde, berenjena, calabacín, pepino, tomate, cebolla… Cómalas para acompañar su diaria ración de proteína (pescado, carne…).
– ¿Y cuánta proteína por comida?
– Mírese la palma de la mano: coma una ración equivalente, en grosor y extensión, a la palma de su mano.