El toro ´Ratón´
Víctor-M. Amela
A más muertos, más caché: a cada actuación en una fiesta, el toro ‘Ratón’ sale en el telediario
MATA MÁS Y MEJOR. El toro Ratón es un pedazo de toro. Esbelto, musculado, bragado, lustroso y muy bien astado. Lo sé porque he visto al toro Ratón por la tele: es un animal muy popular y mediático. Es que el toro Ratón ha matado a tres personas. Es un animal muy cotizado porque ha matado a una, dos y tres personas (la última en Xàtiva). Qué pericia para segar vidas humanas, la del toro Ratón. Mata en fiestas populares de diferentes pueblos de España. A cada actuación en una fiesta popular, ahora el toro Ratón aparece en los telediarios. El telediario de mediodía de Telecinco anunciaba ayer su actuación en Sueca, su pueblo natal, hijo de la vaca Fusilera y del toro Caracol. Miles de euros por actuación del toro Ratón, el Elvis Presley de los toros de festejos. «¡Es una leyenda!», pondera un vecino de Sueca. «Es un toro noble, inteligente: se queda con el más débil y va por él», se admira otro. Se han agotado las entradas en Sueca, embutida más gente en la plaza portátil de la que cabe. Es un toro muy televisivo, es un toro con mucho caché. A más muertos en la punta de los cuernos, más caché. Es justo. Los pueblos se lo disputan. «Nos ha tocado la lotería», se alboroza el alcalde de Sueca. «No hay campaña de propaganda mejor», sentencia. Dispositivos de seguridad en torno a la plaza (que nadie muera más allá del que empitone el toro Ratón). Cincuenta medios de comunicación de todo el mundo desplazados al pueblo del toro Ratón. Es justo. Nos cautiva el toro Ratón, que puede matarnos. El toro Ratón no busca la muerte de nadie, porque el toro Ratón mata sin saber qué es matar, pero a nosotros nos excita saber que el toro Ratón lleva tanta muerte en los pitones. Más allá de la plástica, nos atraen las fiestas de toros justamente por eso, por la posibilidad de que alguien muera. Los editores de informativos saben cómo somos y por eso sacan al toro Ratón por televisión, le dan minutos, unidades móviles y enviados especiales, un pastón. La oferta y la demanda, muerte mediante. Es que los telespectadores compramos. Los telespectadores nos sobrecogemos y miramos. Ese animal mata, mata más y mejor que Belén Esteban, que va de boquilla.
SANGRE. A veces los editores de los informativos de televisión se dejan llevar, véase el del noticiario de Pedro Piqueras (Tele 5), dónde no se conforman con la estampa temible del toro Ratón al trote, astas en alto. El informativo de Pedro Piqueras ha emitido esta semana las imágenes calentitas de otro toro en el momento justo en que derriba y cornea a un vecino en la fiesta popular de Andosilla (Navarra). Vemos con detalle y nitidez a ese toro voltear y puntear en la ingle derecha al barcelonés Álvaro Manuel Ribero (36 años, tres hijos) en una calle de ese pueblo, y vemos al hombre corneado dolerse y sangrar abundantemente. Su sangre corre pierna abajo y tiñe de rojo la acera y el bordillo. Todo lo vemos muy bien en pantalla. El pitón ha pasado a diez milímetros de la vena femoral. «¡El hombre pudo morir!», informa Piqueras. Es que estamos en un informativo. No lo olvidemos. Es información, no lo olvidemos. La información todo lo justifica: el toro, el cuerno, la ingle, la sangre que mana. La información tiene bula. Dentro de un informativo puedes emitir lo que quieras, estás cubierto, da igual el horario protegido. La sangre cruda y real es una cotizada mercancía de curso legal en televisión. Si la sangre que corre es la de un vecino con DNI, nadie dice nada. Si la sangre corre en una serie de ficción.., expediente al canto.