Agarrotando a Usun Yoon
Víctor-M. Amela
«Fuera los fascistas de televisión», han gritado manifestantes a la reportera de Interconomía TV
ARRABAL. «Usted está loca, señorita», espeta Fernando Arrabal a Usun Yoon, entrevistadora de El intermedio (La Sexta). «Más loca que yo», concluye. Hay un solo pecado en televisión (y en la vida): aburrir. Por eso me gustan las ¿entrevistas? de Usun Yoon en El intermedio de Wyoming: son charlas anticanónicas desde cualquier punto de vista periodístico, pero siempre sucede algo curioso, grotesco, entretenido. Si esta parca coreana se presenta en el piso parisino de Fernando Arrabal, la diversión está asegurada. Arrabal mantiene un idilio con la televisión desde una embriaguez (TVE, en directo, con Fernando Sánchez Dragó) que le llevó a proclamar lúcidamente que «el milenarismo va a llegar» (y ya está aquí, ¿no?). Ahora veo por primera vez desconcertada a Usun Yoon, desbordada, descolocada, ¡ella, siempre hierática y oriental! Usun Yoon ha acabado aherrojada en el garrote vil que Arrabal exhibe en su domicilio, y a Arrabal sólo le ha faltado girar un poco el torno para desnucarla. Arrabal está muy loco (es como un niño siempre creativo): con una pistola marciana de juguete dispara contra Usun Yoon, y luego le muestra una Santa Cena en la que él está pintado como Jesucristo, y un óleo donde un varón de pene pequeño («pene normal», predica Arrabal) camina portando bajo el brazo un pene colosal («el que fingimos tener», ríe Arrabal), entre otras delicias patafísicas de ese bizarro nido de París. Arrabal es dramaturgo y hace de su vida una barroca obra de teatro en la que integra como personajes a quienes se le acercan. Como Usun Yoon, coreana de Utrera, que ha ido de susto en susto, de sorpresa en sorpresa y de risa en risa. Como yo en casa. Televisión santa, pues el pecado es aburrir.
COMPAÑERISMO. «Fuera los fascistas de la televisión», han gritado algunos manifestantes a la reportera de Intereconomía TV en las calles de Madrid, durante una conexión. Son profesores contra Esperanza Aguirre. «Intereconomía es una porquería», han vociferado, interponiéndose entre la reportera y su cámara, para boicotear la emisión. Javier Algarra, desde el plató, se ha quejado: «¿Quiénes son los intolerantes e irrespetuosos?». Tiene razón: es antidemocrático arremeter contra un medio de información. Igualmente razonable sería objetar a Algarra que no siempre es información lo que emite Intereconomía TV, sino agitación y propaganda (Algarra replicaría que lo mismo hace La Sexta, y abriríamos un debate de opiniones). Acto seguido, Algarra ha agradecido a una reportera y un cámara de La Sexta (cadena a la que suele acusar de izquierdista y «de la ceja») por la protección y ayudada prestadas a la reportera de Intereconomía TV en tan incómodo trance callejero. Me ha emocionado ese momento que honra a Algarra (y a los profesionales de La Sexta): más allá de discrepancias editoriales y metodológicas entre empresas, un compañero en trinchera es un compañero, aunque esté en la trinchera de enfrente. Soy un sentimental.
ENERVAR. «Me enervio»,ha clamado una concursante de Acorralados (Telecinco) por «me enervo», queriendo decir que se pone nerviosa. En la teletulia de Arucytis (8tv) la hemos corregido, pues «enervar» significa «debilitar, quitar fuerzas». En Twitter, muchos telespectadores esgrimen que la tercera acepción del diccionario de la Real Academia de la Lengua Española para «enervar» es «poner nervioso».
¡De cómo la tele nos lleva a abrir el diccionario!
Solamente quisiera comentar que ENERVAR también significa «poner nervioso» tal como indica el Diccionario de la Real Academia de la Lengua en su tercera acepción. Creo que antes de corregir hay que estar seguro de dicha corrección, aún más si cabe si se publica en un medio como La Vanguardia. He observado que en el programa Arucitys, de la que soy seguidora, es un hecho que se produce a menudo y debería ser más cuidado.
Gracias y un saludo,
Olga