La mirada fija y distante del joven Josep Amela, hierático, serio, triste, consumido el cuerpo bajo la camisa de pana, escondida la cabeza bajo la oscura boina, me parece que lo dice todo, que habla con inaudibles gemidos de la injusticia, la humillación y la miseria. ¡Qué gran desgracia es nacer en determinadas épocas…!
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Esa foto, digna de un libro de historia de los vencidos, está hecha nueve meses después de que el joven Josep Amela, herido de bala en la Pobla de Massaluca el 1 de agosto de 1938, fuese evacuado a Barcelona, y un mes después de que las tropas franquistas entrasen en Barcelona, el .. de enero de 1939.
Cuando el joven Josep Amela se recuperó de la herida sufrida en la batalla del Ebro no volvió a ser reincorporado a filas en el frente: se las ingenió para ingresar como guardia de asalto en un cuartel barcelonés, en el último trimestre de 1938. Derrotada la República y caída la Generalitat de Catalunya, sus fuerzas militares y policiales fueron ya cautivas de los vencedores franquistas –todos los que no huyeron al exilio, claro-, y entre esos cautivos estaba el joven Josep Amela, que fue enviado –como tantos otros implicados en la guerra por el bando republicano- a un campo de concentración, o de castigo, o de reeducación, regeneración o reforma, o como prefiráis denominarlo.
Para el joven Josep Amela, a partir de ese momento, seguirán seis años de uniformada sumisión militar al vencedor. Así, el joven Josep Amela (que lo era -y mucho- aquel ardiente 1 de agosto de 1938 en la Pobla de Massaluca) será cada año menos joven… Cada año que transcurra será un año más de su juventud quemada y estragada por la guerra y el castigo. Cada año será mayor su juventud perdida: se lo llevaron a la guerra con 17 años, pasó por un campo de castigo con 18 años y se vio forzado a un servicio militar obligatorio y degradante -en Tarragona y Barcelona- que duró hasta el año 1945, es decir, hasta el filo de sus 25 años de edad.
En las fotografías ahora halladas en una caja le vemos con un compañero de armas llamado Modesto Aínsa (la foto está fechada por detrás en Tarragona, 22-4-1942) y también durante sus maniobras y ejercicios de tiro en el Campo de la Bota de Barcelona, en imágenes fechadas el 10 de mayo de 1945.
En ellas quizá figuren también sus viejos compañeros de campaña Font y Andrés, éste último si no estaba ya en ese momento en los calabozos del castillo de Montjuïc por haber escrito en una pared que Franco era maricón.
(Continuará con una última entrega)