Víctor-M. Amela
Sor Liliana y sor Beatriz, dos monjitas de clausura, han cerrado las puertas de su convento a las cámaras de televisión. Estas dos monjitas han protagonizado en el canal 13tv una emisión titulada Bendito paladar que las ha hecho muy populares, sobre todo gracias a los fragmentos reemitidos y comentados por Arucitys (8tv) y, más recientemente, por Tonterías las justas (Cuatro).
Sin prosopopeya alguna, sor Liliana y sor Beatriz nos han mostrado sus talentos culinarios en la austera cocina de su convento, una cocina con horno, fogones, pucheros y un crucifijo enorme en la pared. Lo han hecho sin guión y con contenido alborozo. Supongo que las reglas de esta orden religiosa (Concepcionistas Franciscanas de Segovia), redactadas quizá hace siglos, no especificaban nada acerca de las cámaras de televisión como excepción a la clausura. Sor Liliana y sor Beatriz se han saltado la clausura de un modo inusitado y original: desde dentro del convento y trabajando en la cocina. Ni Dios ni el Papa les pasará cuentas a sor Liliana y sor Beatriz, que al final han hecho un bien: nos han hecho sonreír mientras cocinaban repostería artesana, guisos y ensaladas con hortalizas de su propio huerto conventual.
También nos ha gustado ver a las dos monjitas discrepar suavemente acerca de alguna receta. Con todo esto, sor Liliana (colombiana) y sor Beatriz (burgalesa) se han convertido en estrellas televisivas, y ahora invertirán su popularidad catódica en una emisión especial (este domingo en 13tv) para recaudar fondos destinados a la restauración de su convento y a la instalación de una caldera. Estas monjitas, inadvertidamente, han convertido la sencillez, la ingenuidad, la candidez, la bisoñez y la impericia ante las cámaras en valores de alto atractivo televisivo. En un medio en el que ya todo es cinismo, ponzoña, cizaña, doblez y colmillo retorcido, aparecen dos monjitas de clausura dando saltitos ante sus pucheros y haciendo comentarios pueriles, y nos encandilan.
No lo había previsto ningún agudo programador en su despacho de diseño (ahora puede que alguno quiera ficharlas y ponerles regidor y autocue).Sor Liliana, sor Beatriz, ustedes sigan con lo suyo: sus pastelitos en una cocina mal iluminada, pobretona, sin marca alguna de encimera, con cacharros abollados y su crucifijo mirándolas y oliendo sus guisos. Son ustedes el contra-Arguiñano, son tan antitelevisivas que acaban siendo muy televisivas.