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CRÍTICA DE TV | Plaza de España

12/06/11 por Victor Amela

Víctor-M. Amela

La tertuliana dijo en una tertulia de Telecinco que Berlusconi era feo y plastificado

GUERRA.
La Guerra Civil sigue librándose en nuestro imaginario colectivo. Es lo que explica – probablemente-que el rodaje de la serie Plaza de España haya sido suspendida por los directivos de TVE: se trata de una telecomedia ambientada en la guerra civil española, de tono histriónico y desballestado, en la estela berlanguiana de La Vaquilla,por los datos que facilita la productora. Plaza de España era una serie para bromear y divertir a costa de personajes y situaciones tópicas de la Guerra Civil, como podría serlo a costa de cualquier otro periodo histórico conflictivo, porque del conflicto sale el llanto y sale la risa, según te lo mires. Los pocos capítulos grabados de Plaza de España se emitirán solapadamente este verano, pero se ha suspendido el rodaje de nuevos capítulos. O los capítulos ya rodados son muy deficientes o a los directivos les ha parecido que buscar el humor a costa de la Guerra Civil es inapropiado, más en estos tiempos de enconos preelectorales que en los días del Berlanga juguetón. Si los capítulos grabados van a emitirse, será que tan deficientes no son, de modo que el temor a la controversia habrá tenido bastante que ver con esta decisión: esto nos indica que la guerra civil sigue librándose en España, ya digo. En los despachos y en los platós. Nuestra guerra habrá terminado de veras cuando podamos hacer unas risas sobre nuestra historia reciente. Cuando podamos regalarnos una serie como Los Simpson,por ejemplo, con bromas sobre nuestros conflictos históricos y sociales.

GENOMA.
Hay algo en el genoma de los comunicadores audiovisuales que se transmite con facilidad de generación en generación. Lo digo por el flamante fichaje del hijo de Matías Prats (informativos de Antena 3), también llamado Matías Prats, por parte de la redacción de deportes de Telecinco. Es la tercera generación de Matías Prats, como es sabido: el abuelo Matías Prats fue la voz del nodo, del fútbol y del boxeo en la radio y en la tele de mediado el siglo XX. Fue un monstruo de la locución, y su gen se ha preservado, adaptado y transmitido. Me contó hace años cómo su hijo le acompañaba de niño en sus transmisiones, y cómo a los 13 años en un cuadrilátero le sustituyó un rato, a causa de las salpicaduras de sangre de un boxeador en su traje. Las sagas de monarcas o emperadores son hoy sagas de comunicadores, como es el caso también de Jesús Álvarez(el hijo está en TVE) o Joaquín Prat (el hijo está en Telecinco).

RESBALÓN.
Berlusconi está en la cúspide de la cadena de mando de Telecinco y Cuatro…, pero con tierra y mar de por medio. Esta lejanía ha propiciado esta semana un par de patinazos de plató (o episodios de libertad de expresión, según se mire): Raffaella Carrà (en El hormiguero,Cuatro) y Cristina López Schlichting (en una tertulia de Telecinco) han hecho alusiones desfavorables al jefe Berlusconi. A la Carrà le ha parecido que una flor en forma de «capullo», unos «penne a la puttanesca» y «Gomorra» sugieren la figura de Berlusconi, y Cristina López Schitchling ha dicho que Berlusconi es «feo» y » plastificado». Miguel Ángel Aguilar, periodista veterano y curtido, le ha hecho notar que «hay que saber dónde estás hablando». Al caer en la cuenta, Cristina ha dicho que Berlusconi es «guapíííísimo».

«Aquí no hay censura, eh», ha terciado la moderadora. «Noooooo», han remachado todos. A ver el futuro de Raffaella y Cristina en Telecinco y Cuatro.

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