Víctor-M. Amela
Lo saludable es ver los debates futbolísticos como espacios de humor, como monólogos de caricato
FUTBOLEROS.
Publiqué aquí el viernes que el comentarista futbolístico Alfredo Duro había pedido a los seguidores barcelonistas privarse de celebrar la victoria de su equipo en la Liga por respeto a los muertos en el terremoto de Lorca. Es una bajeza y una banalización de la desgracia y la muerte el pretender manosearla en beneficio de pasiones deportivas, en este caso para interferir en una dimensión tan distante y enloquecida como la del fútbol. Son ganas de retorcer las cosas. Por despiste atribuí al plató del programa Punto Pelota (Intereconomía TV) el lugar en el que se había formulado tamaño desbarre, cuando fue en realidad en el plató de Futboleros,debate futbolístico del canal Marca TV, moderado por Patxi Alonso. El género está en auge. Si el fútbol era el opio del pueblo, hoy estamos colocadísimos. Son programas de pasiones encendidas, en los que a los tertulianos parece que les va la vida. Son como una guerra civil estilizada. Como espectáculo televisivo son muy entretenidos, pero sería peligroso tomárselos en serio, porque apelan a menudo a las pasiones más primarias e irracionales. Lo saludable es verlos como programas humorísticos. Las prédicas de Tomás Roncero en Punto pelota,por ejemplo, son de lo más divertido si asistes a ellos con la recomendable distancia higiénica. Son monólogos muy logrados, de un madridismo berroqueño casi caricaturesco, un argumentario completísimo de rabia antibarcelonista. Para un barcelonista es una experiencia muy morbosa asistir al discurso provocador de Roncero, y por eso tiene tanta audiencia en Catalunya este programa. El programa de Intereconomía TV, por tanto, está muy bien urdido y consigue sus objetivos, conducido con eficaz astucia por Josep Pedrerol. Si los barcelonistas no quieren irse a la cama con ardor de estómago, aconsejo que vean estos monólogos con la distensión con la que verían un guión del club de la comedia.
HIPNOSIS.
Veo que en Sálvame Deluxe (Telecinco) han decidido hacerle la competencia a Cuarto milenio (Cuatro): Iker Jiménez debería preocuparse y presentar demanda contra Jorge Javier Vázquez, que ahora ha decidido poner a sus colaboradores en trance hipnótico. Sí: anteanoche invitó a un hipnotizador para que hipnotizase a Lydia Lozano. Como estos colaboradores ya están muy explotados en su estado de vigilia, ahora toca hurgar en su inconsciente. ¿Hay un gremio de hipnotizadores en España? Si no interponen demanda, es porque no ven la tele. Esta sección es como la de La caja,pero con los ojos cerrados: Lydia Lozano llora lo mismo, pero presuntamente hipnotizada. A la hipniotizada se le hace opinar en trance sobre sus compañeros de plató: es una manera de liarla más, de cizañear desde otra dimensión. Aplaudo el talento de este programa para el enredo y la mixtificación al servicio del entretenimiento de masas, en la línea más clásica de la barraca de feria. No ha cambiado gran cosa el espectáculo desde los feriantes de crecepelo, aunque ahora los artistas del birlibirloque se presentan muy bien maquillados. Confío en que los telespectadores asistan a estos numeritos también con la misma mirada humorística con la que aconsejo seguir los debates futboleros, porque así se echarán unas risas. En el fondo estos formatos le hacen un favor a la televisión: la bajan del pedestal, desactivan su antiguo prestigio de oráculo. Es un adelanto entender que en televisión todo es arte del embaucamiento, informativos incluidos.
Suscribo totalmente tu acertadísima y medida visión de los programas futboleros, que no futbolísticos, así como la de las piruetas de Jorge Javier y su circo de freakies. Yo por lo menos me los tomo así. Cuando paso por ellos, haciendo zapping generalmente, siempre me quedo un ratito y es raro que no me arranquen una sonrisa o una carcajada. Lo de Roncero ya ha merecido una parodia impagable de Latre en Crackovia, que es digna de verse.