Víctor-M. Amela: Piqueras no halló epítetos para el tsunami de Japón; ya los había dilapidado con mil chirimiris
METEOROS. Pedro Piqueras no ceja en su empeño de convertir el mundo entero en un gran espectáculo. Un show diario, eso es lo que ha perseguido y persigue Piqueras con su informativo (Telecinco) de entretenimiento y distracción. Y lo que más juego le ha dado cada día a Piqueras son los meteoros, la naturaleza desatada: frío, viento, lluvia, nieve, granizo, inundaciones, huracanes, ciclones, remolinos de viento, terremotos, volcanes. Caen cuatro gotas en Algeciras… y es el diluvio universal. Esta semana – el lunes pasado-le hemos visto comentar unas pacíficas erupciones de mansa y ardiente lava vomitada por el volcán Kilauea de Hawái, rubricando así las llamativas imágenes: «¡No hay que fiarse de los volcanes dormidos!» Vaya, Pedro, tú quieres que en Olot empiecen ya a temblar…
TSUNAMI. Por eso fue raro asistir anteanoche al informativo de Piqueras: Piqueras lleva meses y meses vendiéndonos cataclismos naturales a raíz de cualquier traza de lluvia, ventolera o granizada de tres al cuarto: «apocalíptico», «escalofriante», «terrible», «infernal», «tremebundo», «terrorífico», nos ha dicho Piqueras de cualquier pequeña adversidad. Piqueras tenía ya agotado los adjetivos del horror, los había dilapidado en la caseta de feria de los titulares del día a día. «¡Tensión y miedo!», nos subrayaba el otro día por las lluvias – cuatro gotitas-de Algeciras. «¡Pánico!», nos ha ponderado Piqueras al respecto de mil tonterías… Y ahora llega el terremoto y el tsunami de Japón… y Piqueras se ha quedado en pelotas, claro: no ha podido encontrar adjetivos de grado superior para calificar lo que de verdad tiene grado superior. Imposible, demasiado tarde. Cuando has vendido mil veces que cualquier olita del mar Cantábrico es un tsunami, ¿qué podrás decir el día en que un tsunami de verdad arrasa las costas japonesas? Piqueras ha banalizado de tal modo cualquier fenómeno natural que ha acabado por desactivar los que un día – anteayer-son de verdadero espanto. «Que viene el lobo, que viene el lobo», dice el pastor, y llega el día en que ya no puede distinguir un chirimiri de un tsunami, un terremoto de un nublado. Piqueras ha seguido esta tónica porque sabe que nos gusta estremecernos ante unas imágenes impactantes: por eso estoy seguro de que, de todos modos, los informativos de televisión tuvieron ayer una audiencia superior a la media, pues todos estábamos pendientes de dejarnos asombrar por la potencia de la naturaleza, por las imágenes de un bramido indomeñable de la tierra. Le llamamos información, pero no es sólo eso, es también emoción, una emoción pánica ante nuestra propia pequeñez, ante lo que les pasa a otros y puede pasarnos a nosotros cualquier día. Ver de la que nos hemos librado es muy magnético. Llevamos en nuestros genes la pulsión de la revelación de fin del mundo. Y Piqueras lo sabe.
BARCO. El barco (Antena 3) es una serie resultona para espíritus adolescentes, entre Scooby Doo (como dice el amigo Arús) y Viaje al fondo del mar,aquella serie del submarino de mi niñez. Combina cuerpos Danone, pasiones cruzadas, claustrofobia y aislamiento a lo Perdidos,roces jerárquicos, homenajes hitchcockianos y efectismos de videoclip, con sudor de atrezzo y – siempre-alguna Coca Cola (¡hay que buscarse la vida con chispa en plena crisis!). El barco también tiene algo de cine de catástrofes. Lo del Japón lo deja también en mantillas…
Hola, Víctor. Ayer viendo con mi marido las noticias de la noche en T5, llegó un momento en que nos miramos estupefactos, y cambiamos de canal, casi sin mediar palabra, tal era el grado de perplejidad y desconcierto que nos invadió de repente. Estaban infomando de la desgracia de Japón, tema que, no es discutible, es de máximo interés. Después de una sucesión de escenas en que el mar engullía (o eso parecía) personas a raíz del tsunami, oímos expresiones por parte de quien ponía la voz al reportaje que nos resultaron morbosas, macabras, irrespetuosas, e incluso indecentes. No vale todo a la hora de dar información. Expresiones (siento no poder ser absolutamente textual) como: la gente busca entre los escombros «después de que la muerte haya realizado su labor», o los cadáveres expuestos «con la mano al sol» (esto último seguido, qué genialidad, de un primer plano de la mano de un cadáver que, es cierto, se exponía al sol, mientras el resto del cuerpo permanecía oculto por cascotes y escombros. Previamente, ya habíamos asistido a la «divertida» visión de algunos pobres desgraciados que corrían a refugiarse justo cuando la ola les alcanza y «no sabemos si consiguen o no refugiarse o se suman a los desaparecidos».
A mí me parece estupendo que se pueda ir al límite en algunas cosas, temas y programas, pero hacer de la información, alimentación de lo morboso, como si estuvieramos viendo una serie de ficción y acompañado todo con ese lenguaje que, lejos de ser compasivo, más parece regodearse de la tragedia de magnitud épica que ha ocurrido (como tantas veces), me parece terrible. Me pongo en la piel de un damnificado por cualquier catástrofe, y me indigno. Cambiamos asqueados de canal, y pasamos a A3, donde el tono estaba considerablemente rebajado y, siendo las imágenes de agencia, no se seleccionaron las más terroríficas, a diferencia de la otra cadena, ni se acompañaban de los morbosos comentarios. Como ejemplo, las mismas imágenes en las que la gente huía de la ola, en A3 salieron sin el juego «le pilla, no le pilla» y sin señalar con circulito a la víctima.
Víctor, hace unos meses el Sr. Piqueras definió una noticia como «guerra en un pueblo de Valencia». La guerra era lo siguiente: en un municipo de Valencia se estaba reformando y ampliando una pequeña mezquita. la reportera habló con alguna gente de la calle, con el responsable de la mezquita y te aseguro que no había ninguna guerra en el municipio. El Sr. Piqueras se quedó tan ancho. No suelo verle, pero ese día haciendo zaping me estremeció como dió a entender, que muchos habitantes de ese pueblo estaban en guerra. Al menos de su «reportaje» no se apreció ninguna guerra ni batalla. Un saludo afectuoso. En cuantoa las lluvias, me he reido al leer tu comentario, porque tienes razón, hasta una reportera habló de «apocaliptico» las lluvias en una zona de Andalucía.
Permitame decirle o mejor dicho expresar una cosa en su blog lo cual espero no sea censurado.
En este articulo sobre el sr Piqueras creo entender que hay suficiente envidia por su parte, como para tapar el tsunami de japon…
Mire usted Sr lamela, yo soy un hombre sin estudios y poca cultura, pero eh de reconocer que los informativos de el Sr Piqueras, son amenos, cercanos a gente como yo y porsupuesto claros, concisos y sin censuras. Por algo siguen siendo los de mas audiencia, y sobre todo os menos sangrientos y los mas apoliticos de cuantos hay.
Me parece lastimoso y envidioso por su parte este articulo, Piqueras demuestra profesionalidad y dulzura en su lenguaje.
Quizas si usted hu biera estado en Algeciras, no diria lo de las cutro gotas, quizas si usted estuviera presentando un informativo, con articulos como este, criticando fuera de lo etico a un profesional, y porsupuesto compañero periodista, tendria menos audiencia el Sr Piqueras, solo por ue le veriamosa usted en su informativo inculto, con un lenguaje barriobajero y porsupuesto egocentrista y envidioso.
Quizas deberia de aprender del Sr Piqueras, tanto su lenguaje, caballerosidad, elegancia, claridad, sinceridad, cercania y dulzura y honestidad con la informacion…
Fue un placer leerle durante mucho tiempo, pero desde esta columna tan nefasta sobre un profesial como piqueras, me dafrauda como periodista y como persona Sr lamela… R.I.P.
Ciertamente los telediarios de Telecinco son muy desafortunados en sus exageraciones (Acuérdome yo ahora de la terrible boina negra que azotaba Barcelona y Madrid durante un par de días), hay videos que acompañados de dicha voz en off (Tal y como dice el articulo; El vocabulario utilizado, incluso el tono) no se pueden tomar en serio.
Es un problema, que no nos podamos creer ni tomar con seriedad una noticia que aparece en un lugar llamado TELEDIARIO. Está informando, es cierto ¿Pero a nadie de la cadena responsable le preocupa cómo se informa, tan poco importa lo que diga un presentador reiteradamente aunque no concuerde con la realidad?
Como ejemplo práctico ¿Qué veracidad se le puede dar a las palabras «Lluvía, lluvía y más lluvía» y al conectar con la zona afectada ante tal tromba (Me permitiré exagerar) faltar poco para un sol radiante?
Más que en el ambiente o la sensación que deja, que también, me inquieta más que se descredite un medio cuya función inicial es tenernos al día de cómo están las cosas en el mundo y en España.
Pero cuando, al parecer, lo relevante es que un gato ha robado un sujetador y que en Burgos hace frío (¡¿Es que no hace cada año frío en Burgos, posiblemente el mismo?!), se me antojan dudas a la hora de encender la televisión; O al menos, ciertas cadenas.
Víctor, lo que es apocalíptico es la cantidad de energía que algunos emplean en intentar desprestigiar a un profesional. Sólo hay que apelar a la pluralidad, hacer zapping y ver que en el resto de las cadenas los mismos asuntos llenan la escaleta. Lo que es apocalíptico es que este tipo de blogs se hayan convertido en un patio de marujas al servicio de empresas como el PRnoticias, el Público (creo que aquí trabaja un tal Nacho Pre-Escolar). Lo que es apocalíptico es que Víctor G. hable de «una boina negra» como gran temazo de Telecinco y no recuerde que en prensa se llevó en portada, el mismo periódico que publicó una foto de Esperanza Aguirre saliendo del quirófano. Para defender el buen periodismo, hay que dejar de lado las obvias batallas personales y defender la pluralidad con justicia.
Y espero ver este comentario publicado. Que, de momento, no lo veo.
Amiga Katia: en ningún momento mi intención ha sido desprestigiar a un profesional del periodismo televisivo como Piqueras. Él sabe que su trabajo, justamente por ser público, está expuesto al comentario, la crítica y el debate colectivo. Él hace su trabajo todo lo dignamente que puede y quiere, y las interpretaciones de los demás son libres, como lo es la tuya. Y la mía, que procuro siempre que sea mínimamente argumentada. Por lo demás, un día le toca a uno, y otro día le toca a otro: jamás forjo mis opiniones acerca de una emisión en función de la cadena, y no profeso filias ni fobias. No sé quiénes son PRnoticias, no conozco a Ignacio Escolar ni suelo leer Público, así que ni puedo rebatirte ni darte la razón. Estoy de acuerdo en tu defensa de la pluralidad, en la que seguro incluyes la de la crítica. Te aplaudo por compartir tus opiniones conmigo. ¡Saludos! Víctor Amela.
Victor, que es lo que no se ha comentado hoy en referencia a la coca cola de lata en Arucitis…?????
Salutacions,